Rona...
Es una niña corriente, juega, ríe, se ensucia la ropa, salta encima de la cama siempre que puede, llora, mira dibujos, se enfada, trepa al sofá e imagina que es un barco rodeado de tiburones, canta, come helados, se espanta y aprende. Además, tiene una propiedad preciosa: cuando se mira al espejo, que ella cree mágico, descubre algo nuevo...
Ella misma nos cuenta como vive situaciones un tanto incómodas, dónde descubre limitaciones y virtudes, y se encuentra con la crueldad pero también con la amabilidad de los demás. Su capacidad de auto ayuda será la clave para superar esas situaciones porqué, lo que Rona aun no sabe es que, los poderes no son de su espejito sino suyos.